La imagen que encabeza este post recoge los deseos de mis alumnos del Ciclo Inicial de Formación para adultos, donde este año doy clase. Se trata de personas adultas, en este caso de personas mayores entre 65 y 86 años con una gran vitalidad y unas enormes ganas de aprender. Recojo la idea que lanzó @aulablog y secundaron muchos compañeros de las red como Evaristo Romaguera o Pepa Botella, expresando así, sus propios deseos o los de sus alumnos para este curso que iniciamos. Me pareció una magnífica forma de empezar, expresar nuestros deseos educativos. A mis alumnos de este año les costó, no se lo habían planteado, pero una vez pensaron en ello, los deseos fluyeron y lo pasamos muy bien.
Gracias a esta actividad, me di cuenta de que mi deseo era simplemente estar en un aula rodeada de alumnos, donde estoy como pez en el aula y que, partiendo de ahí, todo podría ser posible en mayor o menor medida. No importaba, o al menos no ha importado hasta el momento, si el aula estaba repleta de jovenzuelos, casualmente, un viernes a última hora o invadida por los temidos PQPI que aunque son programas que deben estar capitaneados por profesores fijos del propio IES, siempre acabamos dándolos los últimos que llegamos. Tampoco me ha importado hasta la fecha, tener que conducir hasta una hora para llegar a la ansiada aula, ni tener en más de una ocasión horario partido de mañana y tarde, llegando a casa más allá de las 22h. No, nunca me ha importado, es más, incluso lo he disfrutado cada año, como puede constatarse en este blog, iniciando proyectos que a veces han quedado inacabados por tener que ir de un sitio a otro cada año. Lo que sí me importa, es más, empieza a quitarme el sueño es la espada de Damocles que vuelve a cernirse por entre las cabezas de los interinos de esta santa comunidad, ya que, si no aprobamos la oposición que parece ser van a convocar, veremos roto nuestro deseo de entrar en un aula, de trabajar, siendo expulsados del sistema educativo sin paliativos. Dará igual que nos hayamos preocupado por aprender, por introducir las nuevas tecnologías en el aula, por formar parte de proyectos colaborativos, por publicar libros ... y lo más importante, por entrar al aula cada día con alegría intentando hacer amar nuestra asignatura que para algunos de nosotros es nuestro otro yo, nuestra otra piel. Todo dará igual, pues no se califica, mi día a día en el aula, no se califica. Mi empatía con el alumnado, no se califica como tampoco se califica mi mayor o menor poder resolutivo ante las miles de circunstancias que acontecen en un aula. No todo eso no tiene valor en una oposición al cuerpo de docentes de secundaria.
Pero bueno, yo aquí había venido a hablar de inicios, no de finales, por tanto diré que este año tengo tres clases de FPA Ciclo Inicial, con magníficos alumnos de entre 65 y 86 años, a los que ya he liado para trabajar poesía y preparar un recital. Espero que también pronto vea la luz nuestro blog. También doy clases de español para extranjeros que me encanta y castellano a dos cursos variopintos de adultos que quieren obtener el Graduado en Secundaria. Todo un lujo que espero dure mucho tiempo.
En primer lugar, felicidades por la actividad y sobre todo por esa oportunidad de conocer y disfrutar de un nivel educativo tan particular y tan humano, si hay alguno que no lo sea. Me parece que te quedan ya pocos palos que tocar en la baraja docente, y en todos acabas demostrando que vives como pez en el agua, con éxito más que comprobado. La pena, como dices, es que solo algunos de tus compañeros valoremos el esfuerzo. La pasividad de la administración en la gestión de las bolsas de interinos es casi de juzgado de guardia; en ello se podrían buscar y encontrar muchos culpables, pero las víctimas sois siempre las mismas, los docentes que habéis mantenido el nivel de exigencia y que por desgracia no sois evaluados por ello. Hay muchas formas de comprobar si un profe trabaja bien o no, pero para ello la inspección tendría que pisar las aulas y emitir informes (y mojarse también equipos directivos y jefes de departamento). Lamentablemente es más sencillo legislar con el castigo, equiparando a los buenos con los malos, menospreciando el oficio. Ojalá tengas suerte, porque profesionalidad nunca te ha faltado.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y tu apoyo, Antonio.
EliminarEnhorabuena por tu entrada y por saber transmitir tu amor por la docencia no solo en las aulas (que también) sino en la red. Leyendo estas líneas se puede percibir al 100% tu entrega, profesionalidad y valía. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias Eli, creo que tenemos muchas cosas en común :)
EliminarAlguien que estima su profesión como tú merece tener suerte. Yo te deseo toda la que necesites para superar esa oposición que amenaza con cribar y eliminar a docentes que realizan su trabajo con entrega y profesionalidad. ¡Ojalá te sientas como pez en el agua, cuando llegue el momento decisivo!
ResponderEliminarMientras, disfruta de tus alumnos de todas las edades.
Gracias Lu, solo de pensarlo ... por el momento estoy disfrutando mucho de mi nuevo destino, les está encantando la poesía :)
EliminarGenial! Me alegro un montón de que te vaya bien! He tenido la suerte de trabajar con estos grupos y la verdad es que es un lujazo! Que tengas mucha suerte! Seguimos hablando! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias por tu comentario, cierto, es todo un lujo y un reto para mí lo de enseñar a escribir y leer, al igual que enseñar español para extranjeros. Novata en todo, buscando materiales y disfrutando... que dure :)
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