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El lunes de esta semana que finaliza me adjudicaron una ansiada plaza de Lengua Castellana en un instituto en el que ya había dado clase y del que tenía muy buen recuerdo, a pesar de que para llegar empleaba una hora y de que cuando estuve, mis hijos eran muy pequeños. Allí he dado clase durante cuatro días y, debido a un error, el viernes acabó mi corta pero intensa docencia. Sé que el lunes podré escoger otra plaza y que quizá salga ganando por proximidad, pero yo, en esta entrada, no pretendía hablar de eso. También sé que puede haber gente que no acierte a entender el motivo de este post. Intentaré explicarme, aunque creo que el único motivo que me mueve a escribirlo es, al igual que hice en el post anterior, lanzar mis palabras a la blogosfera y sentirme aliviada, utilizando el blog, una vez más, como plataforma de libertad donde poder contar esas pequeñas cosas que se nos van escapando por la vida.
A veces nuestra percepción de cómo transcurre un curso y ahora me refiero a los profes, puede coincidir o no con la de los alumnos y el resto de compañeros, mucho más, si han pasado los años. En este caso, por lo que he podido comprobar en estos 4 días, era muy similar. Los alumnos me recordaban, era muy agradable que me pararan por los pasillos y juntos rememoráramos las dos obras de teatro que preparamos en la optativa o las lecturas en clase los viernes a última hora. Esa fue la primera vez que decidí leer los libros "obligados" en clase y aún lo recordaban. Todo ello supuso para mí, después de tanta angustia por conseguir una vacante, un subidón increíble. Más si cabe cuando algunos de aquellos alumnos de 1º ESO volvía a tenerlos en 2º de bach.
Con ese entusiasmo, que retornaba después de algún tiempo, emprendí mi trabajo, pensando que aquellos alumnos ya habían perdido bastantes días de clase y tocaba ponerse las pilas. Empezaba a conocer a mi tutoría de 4º eso, ya teníamos la fecha para la reunión de padres y muchos planes hilvanados. Por otra parte, tras intentar aunar principios para efectuar los desdobles en 2º eso, ardua tarea, se decidió unilateralmente y no fui yo, desdoblar por "niveles". Acepté e intenté insuflar a mis alumnos todo el ánimo que acababan de perder al ser desterrados de su clase. Creo que andaba consiguiéndolo cuando tuve que irme. Con los de 2º bach me dio tiempo a dar una clase aunque más que clase, parecía una conferencia, nunca había tenido a tanta gente en un aula. En esa hora organizamos el curso e incluso repartí materiales que espero aproveche el profe que tengan.
Y sí, sé que el lunes tendré otra vacante y probablemente más cerca de casa, pero yo en este post quería hablar de esas pequeñas cosas que se nos van escapando por la vida y de lo maravilloso que es reencontrarlas.
