Este año el destino me ha deparado una localidad propensa a las gotas frías y por tanto a las tormentas desmesuradas,está situada en la comarca de la Safor, Tavernes de la Valldigna. Como su nombre indica es una "vall" muy digna, pero a su vez muy lluviosa. La montaña situada a sus espaldas retiene las nubes, la humedad y la niebla creando preciosas estampas si no fuera porque debo volver a casa en coche.
El mes pasado mientras daba clase en 2º de eso se cernió sobre nosotros una de esas tormentas, no daba tregua, mientras intentaba calmar a los alumnos entre rayos y centellas,se fue la luz, explotó un fluorescente y hubo zonas que se inundaron. Debo decir que el insti no es antiguo, es remoto, todavía conserva persianas enrollables que volaban al viento. Con este panorama, las emociones de los más pequeños (y alguna no tan pequeña que no sabía como volvería a casa) estaban a flor de piel. Se me ocurrió que podíamos disfrutar de la tormenta, a las que soy aficionada y de nuestras emociones al respecto, conseguimos escuchar la lluvia, oler la tierra mojada, contar la distancia de los rayos y como suele ocurrir su imaginación se desató. Me lo pasé muy bien con ellos, francamente, es el mejor grupo de segundo que he tenido nunca e intenté reconducir todos esos sentimientos haciendo que escribieran cuentos sobre lo vivido o imaginado en la tormenta. En esta presentación ,que nunca había probado pero que me gustaba mucho cuando la veía en otros blogs, está el resultado de esos CUENTOS TORMENTOSOS.
El mes pasado mientras daba clase en 2º de eso se cernió sobre nosotros una de esas tormentas, no daba tregua, mientras intentaba calmar a los alumnos entre rayos y centellas,se fue la luz, explotó un fluorescente y hubo zonas que se inundaron. Debo decir que el insti no es antiguo, es remoto, todavía conserva persianas enrollables que volaban al viento. Con este panorama, las emociones de los más pequeños (y alguna no tan pequeña que no sabía como volvería a casa) estaban a flor de piel. Se me ocurrió que podíamos disfrutar de la tormenta, a las que soy aficionada y de nuestras emociones al respecto, conseguimos escuchar la lluvia, oler la tierra mojada, contar la distancia de los rayos y como suele ocurrir su imaginación se desató. Me lo pasé muy bien con ellos, francamente, es el mejor grupo de segundo que he tenido nunca e intenté reconducir todos esos sentimientos haciendo que escribieran cuentos sobre lo vivido o imaginado en la tormenta. En esta presentación ,que nunca había probado pero que me gustaba mucho cuando la veía en otros blogs, está el resultado de esos CUENTOS TORMENTOSOS.