Este es el resultado de una actividad que surgió casi por casualidad con mi clase de 1º de eso. Como ya comenté en la entrada anterior de este blog, mis alumnos se sorprendieron mucho cuando apareció en una lectura del libro de texto, la personificación de un jarrón. Todo ello nos llevó a confeccionar casi un libro con cuentos en los que aparece la personificación de un objeto que libremente eligieron y crearon. Aquí hay unos cuantos...pero tenemos más.
El pasado lunes, en una de las lecturas que inician los temas en los libros de castellano de 1º eso, nos apareció como personaje, un jarrón que explicaba sus vicisitudes en un hogar. Los alumnos se sorprendieron mucho y algunos hasta se enfadaron, ¿cómo podía ser que un jarrón hablara y expresara sus sentimientos?. Aproveché la euforia colectiva para hablarles de la personificación y de lo maravilloso del territorio literario, en el que todo puede acontecer. Entre tanto tuve que aclarar, muy a mi pesar, que Merlín no había existido jamás. Son cosas que de vez en cuando nos toca hacer a los profes de literatura, hace un mes, también andaba desmintiendo en 3º de eso, la verdadera existencia de Patronio.
El tema dio de sí y les planteé como tarea, un relato en el que apareciera un objeto personificado que hablara en 1ª persona. Hasta ahí todo bien, pués ayer casi todos lo habían hecho y empezamos las lecturas. En aquel instante la petrificada y cosificada empecé a ser yo al ver los objetos que habían escogido, entre otros, un comedero de animales, una pelota que harta de que le den patadas acaba muriendo desinflada, una silla de playa con miedo al agua que es abandonada a la orilla de una playa, un plato astillado, una figurita rota. Tan solo uno o como mucho dos ejercicios ofrecían una visión mínimamente alegre y optimista de la vida. ¿Qué les pasa a nuestros alumnos?. Francamente sobrecogía, además, estaban bastante bien escritos.
A pesar de todo, estoy contenta de esa clase, creo que la literatura en ese momento cumplió su función catártica y dio pie a que ellos expresasen sentimientos que tenían dentro. Al igual que tantos otros profesores, pienso que la asignatura pendiente es educar los sentimientos y creo sinceramente que de este modo muchas otras asignaturas no quedarían pendientes. (Dejaré para otra entrada la conexión Aula de Convivencia/ Educar los sentimientos, que también tiene tela y aprovecho para recomendar un documental que vi el sábado en la tele http://www.rtve.es/noticias/documentos-tv/ y me gustó mucho, titulado "Un pulso al fracaso")